RESUMEN DE PONENCIA La producción agropecuaria de base campesina indígena es cuestionada por su bajo aporte
económico y producción de alimentos frente a la producción agroindustrial que aprovisiona gran
cantidad de alimentos a las ciudades. Sin embargo, la producción campesina indígena es aún
importante porque involucra al 94% de las UPA del país, pequeñas unidades de agricultura familiar
que producen alimentos e ingresos para una gran masa poblacional que aún vive en el campo, que
se mueve entre campo ciudad según épocas del año y proporciona alimentos a mercados locales.
Estudios de CIPCA en 6 regiones del país develan que el ingreso proveniente de actividades
agropecuarias, caza, pesca, recolección y transformación significa el 82% del ingreso familiar
anual. Pero existen otras dimensiones y aportes de este tipo de producción, aún no cuantificados
ni valorados.
En términos ambientales, la producción diversificada con gestión de cuencas y riego tecnificado en
tierras altas o bajo sistemas agroforestales en tierras bajas, coadyuva al control de la erosión de
suelos, aporta al balance hídrico, genera hábitat propicio para flora y fauna silvestre y es sumidero
de emisiones de CO2.
En términos sociales, la producción diversificada genera empleo e ingresos incrementando la
cohesión familiar y el sentido de arraigo a la comunidad; facilita la transmisión de conocimientos
asociados a la biodiversidad entre generaciones y a la reserva de semillas aportando a la
conservación del material genético in situ. En ese marco, la ponencia “producción sostenible de
alimentos: nuevas visiones” profundizará en estas otras dimensiones de la producción campesina
indígena del país.